"No te enojes, no te preocupes, trabaja con entusiasmo, ama profundamente todo lo que te rodea y agradece al creador a diario todo lo que te da"

viernes, 9 de abril de 2010

IXIVMMX REFLEXION LO QUE HE APRENDIDO


Recuerdo cuando mi padre me enseñaba algunas lecciones de vida, sobretodo el respeto por todos los seres humanos. Me llevaba a recorrer lugares, poblaciones, a conocer gente que para él era inspiradora.
Así, aprendí en mi vida que todos los seres humanos somos iguales, que no hay nadie superior a otro, que tan sólo la vida nos llevaba a cada uno por diversos caminos y así adquiríamos conocimientos y habilidades diferentes.
También aprendí que todos merecemos oportunidades. Que en enquivocarse está el aprender.
Aprendí el respeto por los ancianos, los menos afortunados, los esforzados trabajadores, las mujeres luchadoras y lo más importante tus antepasados que forman parte de tu propia historia.
Creía con esperanza que la gente podía vivir en armonía, que la fé siempre es tu mejor aliado y que vinimos al mundo para ser felices. Eso aprendí cuando era una niña.
Aprendí también que el mundo tiene mucho más para ofrecer que lo que ven tus ojos. Hay secretos que sólidamente guardados y otros que jamás serán descubiertos. Existen culturas impresionantes tan lejos del camino que une tu hogar y tu trabajo.
Aprendí a amar a todos los seres. A ver lo mejor de cada persona. Aprendí que de todos puedes aprender algo, aunque sea un vago mendigando en una esquina. Todos tiene diferentes experiencias de vida y algo pueden enseñarte.
Aprendí que no existe el cielo o el infierno, que el bien y el mal luchan constantemente en nuestras mentes regidos por nuestras volubles escalas de valores, donde entre el negro y el blanco hay una infinita escala de grises y los límites son definidos según conveniencia.
Aprendí que hay buenas y malas personas. Que las malas personas siempre tienen algún rasgo de bondad y que las buenas personas pueden cometer errores. Que tienes que esforzarte por ver lo mejor de cada uno de ellos y valorar esas cualidades, que valen más que mil defectos.
Era muy pequeña, unos 5 o 6 años, cuando mi padre aún creía en las sabias lecciones que me enseñaba, antes que la vida lo golpeara tantas veces que, cansado del tiempo, atribulado por las duras pruebas del destino y agobiado por lo que no puede ser controlado al punto que la fe se desvanece hasta pender de un hilo, pareció olvidar lo que tantas veces me había mostrado. Hoy pienso que, quizás, debería recordarle lo que me enseñó hace ya tantos años, en estos momentos de confusión y dolor, ya que ese hilo invisible que nos une jamás podrá romperse, porque él lo prometió cuando sólo era una niña.

1 comentario:

  1. Me confundo al encontrare personas que aún viven en mundos superficiales, en aquellos donde la banalidad es mas fuerte y en eso sólo hacen daño.
    Se que hay gente valiosa y la admiro, gente fuerte y esforzada, pero también siento que hay quien goza de ver al otro caído... quisiera creer en todo el mundo pero en estos momentos mis esperanzas se han extinguido...

    Abrazos

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